16 de abril.- Continuación
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Batsfjord © Rafa García |
Llegamos a la localidad de Batsfjord, el entorno natural de su fiordo y bahía ofrecía espectaculares e impresionantes vistas.
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Gaviotas descansando a la entrada de Batsfjord © Rafa García |
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Río Storelva a su paso por Batsfjord © Rafa García |
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Fiordo de Batsfjord © Rafa García |
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Fiordo de Batsfjord © Rafa García |
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Fiordo de Batsfjord © Rafa García |
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Fiordo de Batsfjord © Rafa García |
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Balsa de éideres comunes © Rafa García |
El puerto estaba animado con especies como
gaviota polar Larus glaucoides,
haveldas Clangula hyemalis,
éider común Somateria mollisima,
éider de Steller Polysticta stelleri y unas, muy fotogénicas,
gaviotas tridáctilas Rissa tridactyla revoloteando en el puerto, entre otras.
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Gaviota polar © Rafa García |
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Havelda © Rafa García |
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Éider común © Rafa García |
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Gaviota tridáctila © Rafa García |
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Gaviota tridáctila © Rafa García |
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Gaviota tridáctila © Rafa García |
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Gaviota tridáctila © Rafa García |
Gaviota tridáctila © Rafa García |
Mientras observábamos y buscábamos aves localizamos un zorro en las cercanía
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Zorro © Rafa García |
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Zorro © Rafa García |
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Zorro © Rafa García |
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Zorro © Rafa García |
Sin embargo, la especie estrella del puerto fue el
éider real Somateria spectabilis con dos machos como protagonistas en los puntos de mira de cámaras y telescopios que se dejaron ver a muy buena distancia.
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Éider real © Rafa García |
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Éider real © Rafa García |
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Éider real © Rafa García |
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Éider real © Rafa García |
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Éider real © Rafa García |
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Éider real © Rafa García |
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Éider creal © Rafa García |
De regreso a Kongsfjord nos deleitamos con el paisaje nevado y nuevas observaciones de raposos.
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© Rafa García |
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© Rafa García |
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© Rafa García |
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© Rafa García |
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Zorro © Rafa García |
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Zorro © Rafa García |
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Bahía de Kongsfjord © Rafa García |
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Alojamiento (Recepción) en Kongsfjord © Rafa García |
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Alojamiento en Kongsfjord © Rafa García |
La hora de irse a descansar se fue retrasando motivados por la idea de poder contemplar la aurora boreal. Toño y yo permanecíamos frente a una ventana observando el cielo nocturno mientras Asier, Roberto y Jesús ya estaban en la horizontal. La oscuridad parecía no llegar pero pasada la una de la madrugada Toño observó algo extraño en el cielo y salió al exterior a verlo mejor mientras yo fui a coger la cámara. Toño entró, entonces, gritando ¡¡ la aurora, la aurora!!. Hubo alguien que cayó al suelo saltando de la cama del susto. Una vez fuera la incipiente aurora se había disipado. Solo Toño y Jesús apreciaron brevemente algún halo luminoso.
1 comentario:
Sin palabras, Rafa. Una absoluta maravilla. Envidia a raudales...
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