El paso postnupcial se hace notar desde hace unas semanas. Con la pleamar las aves costeras suelen descansar en las orillas del tramo final de la playa de Levante y de la desembocadura del río San Pedro. Las planicies fangosas del caño y arenosas de la playa están cubiertas por el agua, la búsqueda de alimento se detiene hasta que se inicie la vaciante.
Todos los años permanece en la zona un pequeño grupo de Ostreros euroasiáticos Haematopus ostralegus, hoy contabilicé algo más de 70. En el grupo se intercalaban agujas colipintas Limosa lapponica, no llegaban a la veintena.
Más pequeños, los chorlitejos patinegros Charadrius alexandrinus, correlimos tridáctilos Calidris alba y comunes Calidris alpina formaban un denso grupo como queriendose proteger del viento de levante, suave pero constante, capaz de levantar los pequeños granos de arena.
Charranes patinegros Sterna sandvicensis, charranes comunes Sterna hirundo, fumareles comunes Chlidonias niger, charrancitos Sternula albifrons y gaviotas cabecinegras Larus melanocephala también descansaban a lo largo de la orilla, algunos acicalándose tras un ligero baño. Tuve ocasión de ver entre ellos cuatro correlimos gordos Calidris canutus buscando comida ávidamente en una pequeña barra fangosa.
Durante el rato de observación una relajada gaviota cabecinegra me permitió fotografiarla. Muestra su plumaje ya muy desgastado, apareciendo las primeras plumas de la nueva muda.
En un grupo mixto de gaviotas patiamarillas Larus michahellis y sombrías Larus fuscus localicé una anillada con marca de color.
Gaviota sombría V Y·ANT
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